A nivel mundial, entre el 20 y el 25% del mercado musical corresponde a discográficas independientes. En la Argentina, el porcentaje es un poco más alto y ronda el 30%; esta tendencia sigue en aumento.
Una discográfica independiente o indie es una compañía productora de fonogramas que no pertenece a una empresa transnacional. Las hay de diferentes tipos y estructuras, desde unipersonales hasta grandes empresas nacionales como Popart, que tiene el catálogo de rock nacional más importante. Por oposición, las multinacionales (majors), que concentran la mayor parte del mercado (EMI, Warner, Sony, Universal y BMG) son gigantescas firmas trasnacionalizadas que generalmente también están diversificadas en otras áreas (como la tecnología en el caso de Sony). Además, otra diferencia fundamental es que las primeras, a diferencia de las majors, anteponen los criterios estéticos y los gustos personales de sus dueños antes que la pura búsqueda de rentabilidad económica.
A pesar del progresivo crecimiento de las independientes, las grandes multinacionales siguen acaparando los discos con mayores ventas. Según CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas), entre los 20 discos más vendidos del 2007 (liderados por Patito Feo de EMI) no hay ningún artista independiente, mientras que en el ranking de la primera quincena del mes pasado apenas hay dos.
Sin embargo, existe cierta complementariedad entre las idies y las majors. La lógica de máxima rentabilidad lleva a las grandes compañías a buscar inversiones seguras y ganancias rápidas mediante la venta de productos homogéneos y adaptados al gusto del mayor público posible. El sistema se basa en tener unas pocas “megaestrellas” que generen millonarias ventas, permitiendo así, sacar el máximo provecho de sus ventajas infraestructurales, relacionadas con la producción, distribución y promoción a gran escala. Es ahí donde entran a jugar un papel importante las discográficas independientes ya que, anteponiendo criterios estéticos, se encargan de la búsqueda y desarrollo de nuevos artistas; el hecho que confirma este fenómeno es que todas las majors han cerrado hace más de 15 años sus respectivos departamentos de AyR (Artista y Repertorio), que cumplían esta función.
Por: Federico Millenaar
Entrevista Cristian Aldana
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Entrevista Victor Ponieman parte1
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Entrevista Victor Ponieman parte2
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Para Victor Ponieman, presidente de la UDI (Unión de Discográficas Independientes) y ex miembro de la comisión directiva de CAPIF, los sellos independientes son una suerte de “roticería de la industria” que vende a las grandes compañías las licencias o directamente los masters (las grabaciones originales) de artistas que ya lograron cierto posicionamiento. “Al comprar las cosas hechas evitan ensuciarse las manos en la cocina (descubrimiento y desarrollo)”, aclara. Los mecanismos para proveer a los grandes sellos con “materia prima” son varios: acuerdos de manufactura y distribución, exclusivamente de distribución o de realización, desarrollo conjunto, venta de licencias, compra de derechos, e incluso la adquisición del sello local por parte de la major.
El aumento en la importancia relativa de las independientes se contextualiza en un crecimiento del mercado local que va en contra de la tendencia mundial. En el 2007, en la Argentina se vendieron más de 18 millones de unidades (incluyendo CDs, Cassettes, Videos y Singles) que equivale a más de $350 millones de facturación al público. Además, esta cifra en realidad es mayor porque se está dejando afuera las producciones más pequeñas que nadie reporta (por ejemplo, una banda que saca a pérdida su primer álbum, de 1000 unidades, porque sólo busca darse a conocer). Mientras que un estudio publicado en la revista Billboard asegura que durante el primer trimestre de este año la venta de discos a nivel mundial cayó un 10,7%, con respecto al mismo período de 2007, en nuestro país, creció un 3.82%.
Las independientes tienen algunas ventajas, principalmente la posibilidad de editar música que en un principio no atraería a un sello grande (por priorizar lo artístico). Además, los músicos pueden tratar directamente con los dueños. Gustavo Zabala, músico y revisor de cuentas titular de la UMI (Unión de Músicos Independientes), comenta que hay muchos artistas que están “cajoneados” en las mayors (no reeditan su material) y no pueden recuperar sus masters. “En cambio, el artista que está en un sello independiente siempre tiene la posibilidad de ir y cagar a trompadas al dueño para lograr que le devuelvan su grabación original. Puede intentar conseguirlo por las buenas o por las malas porque, al menos en estos casos, el dueño es una persona de carne y hueso y no un fondo de inversión dirigido desde Inglaterra”, aclara.
Por otro lado, la desventaja fundamental es la difusión. En primer lugar, los directores artísticos de las radios suelan no arriesgar demasiado pasando artistas independientes. Por lo general van a lo seguro: un hit que ya es grande en otro país o artistas que ya son famosos. Por otro, las multinacionales acaparan gran parte del aire en las radios (el principal medio de promoción) porque consiguen hacer arreglos que no son necesariamente económicos. Por ejemplo, pueden dar la exclusividad de un artista a cambio de la difusión de otros de la misma compañía, operación que es bastante difícil para un sello independiente que no tiene tantas “figuritas para cambiar”.
Sin embargo, gracias a los medios alternativos de difusión (ej. Internet) y a la falta de adaptación de las mayors, las independientes comenzaron a ganar terreno poco a poco. La pérdida de mercado de las multinacionales y el resquebrajamiento del cuasi monopolio de la difusión pública que sabían tener se evidencia claramente en la lista de ventas de Musimundo (la cadena más grande del rubro). En el mes de junio, de los 200 cds más vendidos casi el 30% pertenece a artistas de sellos independientes, cuando hace apenas 10 años, no eran más de 5.
Por último, es necesario destacar que existe también un modo diferente de entender el fenómeno de la independencia. Para Cristian Aldana, voz y líder de El Otro Yo, la relación de independencia se establece entre el músico y la discográfica sin importar si este es chico, mediano o grande. “Se puede estar en un selle chico y no ser independiente”, explica.
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