martes, 11 de noviembre de 2008

CREAMFIELDS BS AS 2008

Review + imagenes de la fiesta


El último sábado se realizó la octava edición de Creamfields. El lugar elegido, por segundo año consecutivo, fue el Autódromo de Buenos Aires en Villa Lugano. Un escenario principal y siete carpas conformaron el predio por el que pasaron más de 50.000 personas y tocaron decenas de djs nacionales e internacionales y algunas bandas de rock.
Deadmau5 y Booka Shade fueron de los más celebrados del Main Stage. El dj de la máscara de las grandes orejas pasó varios de sus hits como Not exactly, Jaded y Arguru. El último en subir fue el colombiano Erick Morillo, que con su house característico, hizo bailar a cientos de personas hasta las 5.30, cuando cerró el show; a las carpas todavía les quedaba media hora más de fiesta.
Como todos los años, la Cream Arena fue puro progressive. El jóven dj argentino Deep Mariano le preparó la pista a uno de los más esperados de la noche, Hernán Cattaneo. El máximo referente de la escena electrónica local deslumbró con un set particularmente emotivo y bailable. Steve Lawler y Satoshi Tomiie fueron otros de los grandes nombres que circularon por la carpa blanca de Creamfields.
David Guetta también fue de los que más convocó. Entradas las 2, la Arena 1 explotaba de gente. Sin embargo, el dj francés decepcionó bastante; su música fue demasiado comercial y las mezclas dejaron mucho que desear. Antes habían pasado por allí Gorillaz Soundsystem y Roger Sanchez.
A las 4.30 varios se encaminaron hacia la Arena 4 para empezar a despedirse del festival de la mano del brasileño Gui Boratto. Beautiful Life y 7 Gate fueron los tracks más festejados por una carpa que permaneció colmada hasta que llegaron las 6. Para ese entonces, las latitas y las botellas de agua que cubrían el suelo comenzaban a sonar al unísono con cada paso de la multitud que se dirigía hacia la salida. Creamfields había llegado a su fin una vez más, así de rápido.

Entrada a la fiesta



Main Stage


Cream Arena



*Agustina Cavaliere* Leer más...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Tras los pasos de Hegel

Cuando uno piensa en la filosofía, se remite a los padres de esta disciplina. Platón con su doxa y episteme, el animal político de Aristóteles, Kant con la Crítica de la razón pura, el racionalismo de Descartes y el idealismo de Hegel, entre otros. Es este último personaje el que pululó por los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales el viernes 31 de octubre, cuando se desarrollaron las 1º Jornadas Internacionales de Debate Político. La mesa que nos tocó disfrutar abordaba el pensamiento dialéctico desde una óptica marxista, es decir, el llamado materialismo dialéctico. Lo particular dentro de lo universal (y viceversa), concepto que desarrolla este tipo de pensamiento, resultó objeto de una relectura por Marx y Engels. Pero fue Lenin quien la despojó de sus vestiduras solemnes y la insertó en el campo de lo real. “La doctrina de la unidad de los contrarios”, aquello era la dialéctica. Y de ella nacía y moría la historia, nacían y morían los sistemas y la cultura. La filosofía, de este modo, puede enseñarnos no sólo a entender la realidad, sino también a transformarla. A continuación, nuestros lectores podrán disfrutar de dos breves exposiciones de diferentes ponentes durante la charla. No pretendemos que se comprenda cabalmente el significado de cada discurso. Nos basta con que la persona que nos lea se abstraiga de sus banalidades cotidianas, al menos por un momento. La persona avezada quizá comprenda que nuestro objetivo más mediato es desterrar el posmodernismo de los enclaves universitarios, así como también el individualismo más chato en el que incurren principalmente los jóvenes.

*Martín Hermida*

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sábado, 25 de octubre de 2008

La otra Operación masacre

Operación masacre (Jorge Cedrón, 1973) es una película que homenajea la novela homónima de Rodolfo Walsh considerada pionera en el género de “ficción periodística”. La deconstrucción del film nos muestra que el objetivo del director tuvo un claro sentido político, más allá de retratar casi sin fisuras los hechos narrados en el texto del brillante periodista.
En principio, el guión de Operación masacre cierra de esta manera: “La larga guerra del pueblo, el largo camino, la larga marcha hacia la Patria Socialista”. Esta frase refiere a un cuasi propagandismo que relega a un plano secundario la reconstrucción del crimen de José León Suárez, y, en cambio, se aboca a la reconstrucción simbólica de una clase social (el proletariado) dentro de una facción política específica (el peronismo). En otras palabras, el crimen pierde el sentido que le da la novela policial y periodística, y se reconfigura como un episodio más (aunque relevante) de una serie de hechos políticos y económicos violentos que se inician con los bombardeos en Plaza de Mayo en septiembre del ´55. Ya no se analiza el crimen, sino que se lo recrea para una reflexión en torno a la cuestión de la resistencia del pueblo, que se monta, en parte, sobre el episodio de los fusilamientos en José León Suárez.
La película consta de dos estilos. Uno narrativo y convencional, que sigue sin mayores alteraciones el argumento del texto original de Walsh. Y otro que obedece al cine documental, el cual recorre el proceso histórico del peronismo (montoneros, el entierro de Aramburu), sus vicisitudes a lo largo de sus años de proscripción y fundamentalmente la lucha del pueblo argentino (fábricas tomadas, huelgas, asesinatos, represiones policiales, grupos guerrilleros, etc.).
El film, por lo tanto, pareciera imponer - de un modo casi panfletario - la imagen simbólica de una clase social que ansía retomar, a pesar de un historial de atropellos y abusos padecidos y “aprendidos con sangre” (como lo enuncia el film a manera de conclusión luego del episodio de los fusilamientos), el rol histórico que le pertenece. “El peronismo probó todos los métodos para recuperar el poder, desde el pacto electoral hasta el golpe militar. Así fuimos aprendiendo”, dice Troxler en off.
La película se inclina entonces menos por el aspecto relacionado con la Justicia (es decir, con el pormenorizado análisis judicial de los sucesos ocurridos en José León Suárez, sí analizados en el texto) y la exposición “teórica” de los hechos, que por la propaganda política basada en los intereses concretos de la clase proletaria.

*Martín Hermida*
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miércoles, 22 de octubre de 2008

En la cuenta regresiva



El próximo sábado 8 de noviembre tendrá lugar la octava edición de Creamfields, el festival de música electrónica más grande del mundo.
El Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, en Villa Lugano, será por segunda vez consecutiva el espacio en el que se presentarán los principales exponentes de la escena electrónica internacional y local. Algunos de los artistas que conforman el line up son UNKLE Live, Deadmau5, Steve Lawler, Erick Morillo, Hernan Cattaneo, David Guetta, Gorillaz Soundsystem, M.A.N.D.Y, Satoshi Tomiie, Gui Boratto, Booka Shade, Radio Slave y Carl Craig.
Pero además, este año, el festival nacido en la ciudad inglesa de Liverpool cumplió su décimo aniversario. La celebración duró dos días –sábado 23 y domingo 24 de agosto- y se realizó en la localidad rural de
Daresbury.
La versión anglosajona de Creamfields se asemeja bastante a un parque de diversiones ya que cuenta con una serie de juegos mecánicos, pero esta vez también ofreció campings para pasar el fin de semana entero en el predio. Otra novedad fue una mayor presencia de rock, los shows de grupos como Kasabian y The Gossip fueron ejemplo de esto.
Mientras tanto, los argentinos esperan, y por cierto, ya falta muy poco. El 8 de noviembre las puertas del autódromo se abrirán a las tres de la tarde y el acceso principal estará ubicado en la intersección de Av. General Paz y Av. Roca. Las entradas se adquieren por
Ticketek

*Agustina Cavaliere*

Próximamente, una reseña de Creamfields Buenos Aires
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sábado, 18 de octubre de 2008

Transmitiendo ideología con el cine

Como ya comentamos en una oportunidad, el cine es un medio de difusión política muy fuerte. No hay mejor ejemplo de ello que la industria cinematográfica norteamericana, uno de los más poderosos aparatos político-ideológicos del planeta. En este sentido, Hollywood ha operado consecuentemente con la construcción de la hegemonía estadounidense.
La loba (The little foxes, 1941), dirigida por William Wyler y basada en la obra de teatro de Lillian Hellman, es un eslabón de esta cadena. Este drama histórico tiene una mirada hacia el pasado que justifica las acciones del presente en forma activa.
La acción tiene lugar en 1900, en una localidad del sur de EE.UU., donde tres hermanos intentan montar una planta de algodón en colaboración con un ejecutivo de Chicago. El director intenta retratar así a la emergente burguesía local y el ocaso de la aristocracia terrateniente.
Pero al mismo tiempo, Wyler plantea una crítica al egoísmo y la codicia de estos personajes, que generarán efectos contraproducentes en su relación familiar. Alexandra, la más joven de la estirpe, es la figura inocente y bondadosa que decide rebelarse contra ese estilo de vida, donde la ambición prima sobre los sentimientos.
Sin embargo, la película en ningún caso se plantea una crítica al sistema capitalista, sino que está al servicio del estado norteamericano. El New Deal promete resolver las mismas cuestiones que son puestas en el tapete por el film.
De este modo, La loba es una denuncia social, un alegato contra la burguesía inescrupulosa, pero en un momento concreto de la historia de los Estados Unidos. Este cuestionamiento no está aislado: se inserta en una época caracterizada por una ruptura ética en la sociedad.
Para quienes buscan en el cine algo más que entretenimiento, la película puede resultar reveladora. No sólo por el contenido del que ya hablamos, sino por la estética teatral que conserva incólume al paso del tiempo. Amantes de la superficialidad, abstenerse.
*Martín Hermida*
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lunes, 13 de octubre de 2008

Más lágrimas que gozos

Tras más de tres años de parate y seis sin disco de estudio, Ska-p volvió al ruedo con Lágrimas y gozos, un álbum que se adentra más en el ska-punk festivo y menos en el sonido duro con una lírica panfletaria (mejor dicho, revolucionaria) que habían caracterizado a sus últimos dos trabajos. De anarquistas a acérrimos defensores de Hugo Chávez, la vuelta llena de interrogantes no sólo la vigencia actual de la banda sino también su credibilidad política.
El séptimo disco de Ska-p comprende trece canciones con letras directas y un estilo híbrido ska-punk-hardcore, constantes del grupo oriundo de Vallecas desde su inicio, allá por 1994. Sólo que esta vez se destacan las tonadas picarescas, casi juglares, que habían puesto en el tapete la inmadurez del grupo en su primer LP. Ejemplos de ello son Ni fu ni fa, que expresa la ausencia de salidas realmente democráticas a través del voto o El imperio caerá, que a ritmo de una ska bailable proclama la caída del imperio yanqui. Pero eso no es todo: sobreabundan los sonidos monocordes del punk, que por si fuera poco se repiten previsiblemente en casi todos los temas. En este sentido, la”joyita” de Lágrimas y gozos es su single, Crimen sollicitationis, cuyos ritmos varían en sentido ordenado; la letra, por su parte, habla de un tema aparentemente simple, pero que en este caso refiere a un documento del Vaticano donde se describe el “procedimiento de silencio” ante los casos de sexo relacionados con el personal eclesiástico.
Si el disco es pobre en cuanto a forma, lo es más por su contenido. Parece que el “parón indefinido” fue un punto de inflexión ideológico: una controvertida canción titulada El Libertador alaba la gestión del presidente venezolano Chávez y aplaude “el tiempo de transición en toda América”, lo que ilustra el profundo desconocimiento del grupo en este punto. El tercero de la foto, otra de ellas, trata sobre Aznar y su intervención en la reunión de las Azores –una cuestión tratada muy superficialmente, en una obvia crítica (cuándo no) al “imperialismo yanqui”, el culpable de todos nuestros males-. La unión entre política y sentimentalismo chabacano (Qué puedo decir) y el catastrofismo en relación a la ecología (Decadencia) son otras pálidas del disco. Tal vez su visión anarquista (aunque simplista) sólo se condiga con 2 temas: La colmena, que utiliza una metáfora para llamar a la rebelión, y Vándalo, que pone en duda el sentido de “vandalizar” la protesta.
Pero Lágrimas y gozos es, pese a sus desaciertos, un disco de ska-p: las frases de esperanza en sintonía con el inconformismo social y la crítica al capitalismo, junto con un ritmo alegre pero embroncado, representan al grupo español en su esencia. Además, se reafirma la contundencia del grupo en la voz de Pulpul y la acentuación de los vientos, que otorgan prolijidad a algunos temas. Esto no quita que los elementos puestos en juego no sean los esperados ni que algunas canciones exijan una revisión del grupo en base a su creencia anarcosocialista. Será cuestión de evaluar su impacto en el público argentino, que espera con ansias su presentación el 29 de noviembre en el Club Ciudad.
*Martín Hermida*

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Informe especial: Discográficas independientes


A nivel mundial, entre el 20 y el 25% del mercado musical corresponde a discográficas independientes. En la Argentina, el porcentaje es un poco más alto y ronda el 30%; esta tendencia sigue en aumento.
Una discográfica independiente o indie es una compañía productora de fonogramas que no pertenece a una empresa transnacional. Las hay de diferentes tipos y estructuras, desde unipersonales hasta grandes empresas nacionales como Popart, que tiene el catálogo de rock nacional más importante. Por oposición, las multinacionales (majors), que concentran la mayor parte del mercado (EMI, Warner, Sony, Universal y BMG) son gigantescas firmas trasnacionalizadas que generalmente también están diversificadas en otras áreas (como la tecnología en el caso de Sony). Además, otra diferencia fundamental es que las primeras, a diferencia de las majors, anteponen los criterios estéticos y los gustos personales de sus dueños antes que la pura búsqueda de rentabilidad económica.
A pesar del progresivo crecimiento de las independientes, las grandes multinacionales siguen acaparando los discos con mayores ventas. Según CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas), entre los 20 discos más vendidos del 2007 (liderados por Patito Feo de EMI) no hay ningún artista independiente, mientras que en el ranking de la primera quincena del mes pasado apenas hay dos.
Sin embargo, existe cierta complementariedad entre las idies y las majors. La lógica de máxima rentabilidad lleva a las grandes compañías a buscar inversiones seguras y ganancias rápidas mediante la venta de productos homogéneos y adaptados al gusto del mayor público posible. El sistema se basa en tener unas pocas “megaestrellas” que generen millonarias ventas, permitiendo así, sacar el máximo provecho de sus ventajas infraestructurales, relacionadas con la producción, distribución y promoción a gran escala. Es ahí donde entran a jugar un papel importante las discográficas independientes ya que, anteponiendo criterios estéticos, se encargan de la búsqueda y desarrollo de nuevos artistas; el hecho que confirma este fenómeno es que todas las majors han cerrado hace más de 15 años sus respectivos departamentos de AyR (Artista y Repertorio), que cumplían esta función.

Por: Federico Millenaar

Entrevista Cristian Aldana

Boomp3.com

Entrevista Victor Ponieman parte1

Boomp3.com

Entrevista Victor Ponieman parte2

Boomp3.com

Para Victor Ponieman, presidente de la UDI (Unión de Discográficas Independientes) y ex miembro de la comisión directiva de CAPIF, los sellos independientes son una suerte de “roticería de la industria” que vende a las grandes compañías las licencias o directamente los masters (las grabaciones originales) de artistas que ya lograron cierto posicionamiento. “Al comprar las cosas hechas evitan ensuciarse las manos en la cocina (descubrimiento y desarrollo)”, aclara. Los mecanismos para proveer a los grandes sellos con “materia prima” son varios: acuerdos de manufactura y distribución, exclusivamente de distribución o de realización, desarrollo conjunto, venta de licencias, compra de derechos, e incluso la adquisición del sello local por parte de la major.
El aumento en la importancia relativa de las independientes se contextualiza en un crecimiento del mercado local que va en contra de la tendencia mundial. En el 2007, en la Argentina se vendieron más de 18 millones de unidades (incluyendo CDs, Cassettes, Videos y Singles) que equivale a más de $350 millones de facturación al público. Además, esta cifra en realidad es mayor porque se está dejando afuera las producciones más pequeñas que nadie reporta (por ejemplo, una banda que saca a pérdida su primer álbum, de 1000 unidades, porque sólo busca darse a conocer). Mientras que un estudio publicado en la revista Billboard asegura que durante el primer trimestre de este año la venta de discos a nivel mundial cayó un 10,7%, con respecto al mismo período de 2007, en nuestro país, creció un 3.82%.
Las independientes tienen algunas ventajas, principalmente la posibilidad de editar música que en un principio no atraería a un sello grande (por priorizar lo artístico). Además, los músicos pueden tratar directamente con los dueños. Gustavo Zabala, músico y revisor de cuentas titular de la UMI (Unión de Músicos Independientes), comenta que hay muchos artistas que están “cajoneados” en las mayors (no reeditan su material) y no pueden recuperar sus masters. “En cambio, el artista que está en un sello independiente siempre tiene la posibilidad de ir y cagar a trompadas al dueño para lograr que le devuelvan su grabación original. Puede intentar conseguirlo por las buenas o por las malas porque, al menos en estos casos, el dueño es una persona de carne y hueso y no un fondo de inversión dirigido desde Inglaterra”, aclara.
Por otro lado, la desventaja fundamental es la difusión. En primer lugar, los directores artísticos de las radios suelan no arriesgar demasiado pasando artistas independientes. Por lo general van a lo seguro: un hit que ya es grande en otro país o artistas que ya son famosos. Por otro, las multinacionales acaparan gran parte del aire en las radios (el principal medio de promoción) porque consiguen hacer arreglos que no son necesariamente económicos. Por ejemplo, pueden dar la exclusividad de un artista a cambio de la difusión de otros de la misma compañía, operación que es bastante difícil para un sello independiente que no tiene tantas “figuritas para cambiar”.
Sin embargo, gracias a los medios alternativos de difusión (ej. Internet) y a la falta de adaptación de las mayors, las independientes comenzaron a ganar terreno poco a poco. La pérdida de mercado de las multinacionales y el resquebrajamiento del cuasi monopolio de la difusión pública que sabían tener se evidencia claramente en la lista de ventas de Musimundo (la cadena más grande del rubro). En el mes de junio, de los 200 cds más vendidos casi el 30% pertenece a artistas de sellos independientes, cuando hace apenas 10 años, no eran más de 5.
Por último, es necesario destacar que existe también un modo diferente de entender el fenómeno de la independencia. Para Cristian Aldana, voz y líder de El Otro Yo, la relación de independencia se establece entre el músico y la discográfica sin importar si este es chico, mediano o grande. “Se puede estar en un selle chico y no ser independiente”, explica.

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sábado, 11 de octubre de 2008

El intrincado camino de los tomates



Las ferias de barrio son algo cotidiano en las calles porteñas. Colegiales no es la excepción, a metros de la estación de tren, todos los años se montan varios puestos de alimentos sobre la vereda. Era una soleada mañana de sábado, cuando por fin decidí ir a conocerla...

“1 kilo de tomates” pide una señora que, como tantas otras, llega en compañía de su changuito maltrecho; tomates redondos y bien rojos que descansan en la sombra fresca y brillan cada vez que se cuela un rayo de sol por la trama plástica de los improvisados techos. Pasa el tren y ya falta poco para el mediodía, la cuadra está invadida por una hilera de puestos que miran a las vías y dan la espalda a los autos que no pasan. A metros de la estación de Colegiales, cada mañana de sábado se monta este provisorio paisaje que es el inconveniente del peatón desprevenido y el festín de las señoras del barrio.
Pollos y huevos de granja, gallinas, conejos, el olor frío del pescado que reposa sobre gruesos colchones de hielo, sacos hinchados de cereal; la gente va y viene con sus bolsas o se detiene frente a los mostradores a discutir con sus pares las bondades de llevar, por ejemplo, una plantita de albahaca en maceta.
El laberíntico paseo avanza por el espacio que resta entre los comercios y el alambrado; y es cierto, se torna algo inquietante cuando la mirada se desliza por los mugrientos recovecos que se forman en las vías, tan próximos como alarmantes; pero a nadie parece importarle este detalle...
El último es el puesto de las verduras y las frutas, él más concurrido; la gente hace cola para que le pesen la compra, arrojándose, casi, contra la mesada de especias que se venden al lado del paso a nivel. Y allí mismo, enfrentado a la mujer de los condimentos, justo en la esquina de Crámer y Lacroze, un hombre está sentado ante una máquina de coser y hurga, cabizbajo, el embrollo de tela que tiene sobre la falda.
El tren pasa de nuevo, toda la cuadra sufre escalofríos, y la señora de los tomates se va alejando a paso de hormiga, con su changuito a los tumbos, empachado de feria.


*Agustina Cavaliere*

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martes, 7 de octubre de 2008

Luchadores eran los de antes

"Titanes en el ring" fue un fenómeno social sin igual en la televisión argentina. Personajes como Martín Karadagián, la Momia y Pepino, el payaso, entre otros, convocaban a una multitudinaria audiencia, que se agolpaba frente a los televisores hasta la última pelea o colmaba el Luna Park. Al aire durante treinta años, este entretenimiento supo tocar las fibras íntimas de toda una generación de chicos, al llevar la lucha libre a un nivel emotivo, más allá del ring. Así se convirtió también en la excusa para compartir un momento familiar.
Patadas voladoras, trabas, puestas de espalda y dudosos arbitrajes representaban "Titanes en el ring". Pero lo realmente valorable fue la presencia de una variedad de luchadores que se brindaban enteramente al espectáculo, sin importar las consecuencias. Con una profesionalidad hoy impensada, cada "actor" se compenetraba con su personaje al máximo, al punto de conocer básicamente su idioma.
Martín Karadagián, campeón de lucha grecorromana a los 16 años en Inglaterra, fue el creador del programa y pronto se llevó todo el cariño y la idolatría del público. Héctor Oscar Brea, alias William Boo, aquel calvo rechoncho que arbitraba a favor de "los malos", también ocupó un rol vital en el complejo andamiaje del show. Otro personaje de renombre fue Pepino, el payaso, quien ahora deseo el regreso de "Titanes en el ring" bajo el emblema de Karadagián.
La invalorable huella de aquel pasado sigue presente en la memoria de aquellos chicos que ahora son grandes. Se asegura así que el recuerdo se transmitirá de generación en generación.


La momia vs. Karadagian (1978)


*Martín Hermida*


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Lágrimas y gozos, lo nuevo de Ska-p

Próximamente los lectores podrán leer la reseña del último disco del grupo más famoso de ska. Como adelanto, les traemos el video del single Crimen Sollicitationis. Que lo disfruten.




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jueves, 2 de octubre de 2008

Otra mirada sobre Fidel


En Looking for Fidel, el segundo documental de Oliver Stone sobre la figura de Fidel Castro, el director juega el papel de un entrevistador que indaga sobre la realidad política de Cuba a través de una conversación con su presidente, que originalmente duró más de treinta horas. Se abordan temas como la ola de secuestros de barcos y aviones por parte de ciudadanos cubanos, la situación de la disidencia, la sucesión del mandatario isleño y la tumultuosa relación con el gobierno de George W. Bush.
Son sesenta y tres minutos que muestran a un Stone bien informado, incisivo pero amable, y a un Fidel siempre espontáneo así como hábil en el discurso. El resultado es una película interesante y dinámica en la que no faltan los momentos de tensión ni las pintorescas imágenes del pueblo y las calles de La Habana.
Se trata de un material documental que aproxima al público a la compresión de este personaje en los que tal vez sean sus últimos años de vida, con la particularidad de ser abordada desde la óptica de un reconocido director norteamericano. Para verla.

*Agustina Cavaliere*





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Astrología: ¿una creencia o una ciencia cierta?


La concepción de la astrología como ciencia está en permanente discusión. Mientras los científicos debaten acerca de su credibilidad, mucha gente recurre a ella a la hora de tomar decisiones o para estar prevenida ante lo que pueda depararle el futuro.

En principio, la mayoría de las fuentes consultadas no definen a la astrología como una ciencia. Por ejemplo, según La Real Academia Española, se trata del estudio de la posición y el movimiento de los astros, a través de cuya interpretación y observación se busca conocer y predecir el destino de los hombres, así como también pronosticar los sucesos terrestres; mientras que en otros casos, se la presenta simplemente como un conjunto de creencias que pretende augurar el porvenir.
La astrología occidental sostiene que el destino de cada ser humano se ve afectado por la posición de los astros, en el momento y lugar de su nacimiento, a partir de los que se obtiene su carta astral. La ubicación relativa del Sol respecto de las constelaciones del zodíaco en el momento del nacimiento de una persona determina a cuál de los 12 signos pertenece –Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Pero también existen astrologías no occidentales como la hindú –que usa como referencia las estrellas fijas- la persa –similar a la occidental- y la china –que le asigna un signo a cada año de nacimiento: dragón, perro, caballo, ratón, cerdo, mono, cabra, gallo, tigre, buey, serpiente y conejo.
Sea o no una ciencia, el “poder” de la lectura de los astros, es ampliamente difundido; y precisamente su ofrecimiento “masivo” ayuda a que esta creencia se encuentre bastardeada. Hay gran cantidad de “truchos” que aprovechan el negocio y engañan a la gente. Es asombrosa la diversidad de canales a través de los cuales se puede acceder a la astrología. Por ejemplo, el horóscopo por SMS, en diarios y revistas, por televisión, por teléfono y por Internet.
Según un estudio realizado en 1999 en España por la Fundación Santa Maria, el 41% de los jóvenes españoles cree en la astrología y el horóscopo, el 33% confía en la posibilidad de predecir el futuro, el 29% en los sanadores espirituales y el 20% en que existen personas capaces de comunicarse con el más allá. Está claro que, al menos por curiosidad, mucha gente recurre o recurrió alguna vez a la astrología; son muy pocos los que se resisten al horóscopo de los domingos. Pero el mayor problema es cuando la desesperación y la necesidad de creer en algo, caen en manos de gente que sólo se dedica a estafar a las personas.
Por: Luciana Massaferro
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martes, 30 de septiembre de 2008

Nuestro cine “independiente” nacional


No es fácil ser parte del cine independiente nacional. La mayoría de los profesionales que trabajan en el ambiente tienen que tener otros empleos para poder mantenerse. Además, es difícil conseguir subsidios y es un ambiente donde los sueldos son nulos o insuficientes.
Sin embargo, la producción independiente es una oportunidad para ganar reconocimiento. Por ejemplo, Andrés “Pepe” Estrada (27), se recibió de Director Cinematográfico en 2001 en la FUC (Universidad del Cine) y, desde entonces, muchas de sus producciones fueron ganadoras en festivales.

Se define así mismo como freelance. Acaba de terminar de editar un documental de Pablo Trapero, director de La Bonaerense. Participó en gran cantidad de cortos: Mi primera salida (2005), Yakuza (2002), Felipe (2002), entre otros. También trabajó en largometrajes como Judíos en el espacio (2005), El amor (primera parte) (2004), Equilátero (2002), etc. Aunque realizó distintas funciones, lo que más le gusta es la dirección, el montaje y la dirección de sonido. “La película se escribe tres veces, cuando se escribe el guión, cuando se dirige y es interpretado por los actores, y cuando se monta. El montaje puede cambiar completamente la historia y es el última instancia de la cadena, por eso me gusta más”.
Actualmente, trabaja con publicidad y comunicación corporativa, que es lo que le deja plata y tiempo para dedicarse a proyectos que lo lleven hacia donde él quiere. Por ejemplo, en el verano va a filmar un largometraje sobre 3 historias de amor. La dirección y su costo, 6 mil pesos, la asumirá él. Todavía está todo muy verde pero ya está buscando actores a los que les interese participar.
En relación al cine independiente, “Pepe” sostiene que en el país, esa distinción es prácticamente inexistente. Esas diferencias pueden observarse en Estados Unidos porque hay grandes estudios cinematográficos que producen películas con presupuestos millonarios. “Acá eso no se da mucho, salvo en las producciones que son claramente para la venta, como Isidoro o las de Guillermo Franchela, donde se invierte mucha plata, por la cantidad de espectadores que atrae o porque recibe favores del Instituto. Me atrevería a decir que en Argentina, la diferencia entre cine independiente y no independiente, está en su relación con los monstruos de la televisión, como Cuatro Cabezas o Ideas del Sur; son muchas las ideas que surgen del éxito televisivo de algunas cosas”.
Se puede hacer cine dentro o por fuera del Instituto (INCAA, Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales). “Realizarlo por adentro significa recibir subsidio, el cual puede representar el 75 por ciento de los costos de la película”, dice el director. Si se hace por afuera, sería lo que se denomina cine independiente. El problema con esta última opción es que para que se estrene la película en salas de cine, tiene que clasificar dentro del Instituto, lo cual implica tener que cumplir ciertos requisitos, como por ejemplo, que todos los que participaron, hayan cobrado un sueldo. “A veces la única forma de hacer una producción es definiendo que si no gana la película, no gana la gente”.
Por otro lado, Estrada habla de una tendencia “anti-instituto”. La productora El Pampero de Mariano Llinás, asegura que se puede construir un circuito alternativo y que no vale la pena gastar millonadas para hacer una película. Pero “es un esquema que no puede repetirse indefinidamente porque nadie puede vivir de eso”.
Aunque no puede vivir del cine, en publicidad trabaja con imágenes –que es lo que le gusta- y además le queda tiempo libre y dinero para poder invertir en producciones cinematográficas. El cine independiente, no es para enriquecerse, sino para ganarse el reconocimiento del ambiente.
Por: Luciana Massaferro
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lunes, 29 de septiembre de 2008

Cines de barrio


Los cines de barrio tuvieron su auge entre 1930 y fines de los 60 y formaban parte de la vida de los vecinos. Pero la aparición de las grandes cadenas y las nuevas formas de entretenimiento los condenaron al olvido. A pesar de que la mayoría de estas viejas salas fueron ocupadas por farmacias e iglesias evangélicas, existe una sala llamada San Pedro que sigue funcionando en el barrio porteño de Monte Castro.

Es la única sala barrial en funcionamiento de mantenimiento privado. En 2003, luego de permanecer cerrada durante 13 años, reabrió sus puertas al público. Aunque se encuentra en un edificio perteneciente al Instituto San Pedro, el encargado de su funcionamiento, cuentas y gastos, es un grupo de cinco vecinos que formaron una asociación de capital y trabajo.
El cine tiene equipos de 1940 que fueron restaurados. Posee capacidad para 300 personas y una pantalla de 10x5 metros que se levanta como el portón de un garaje para convertir el lugar en una sala de teatro. Es la única sala argentina que utiliza proyectores que se alimentan a carbón con varas importadas de los Estados Unidos. A pesar de que la calidad es la misma, este equipamiento exige estar pendiente de manera constante.
Para publicitar la programación, reparten 20 mil volantes por semana, colocan afiches en los comercios y envian mails a los vecinos que dejan sus datos.
Según Ariel, miembro de la cooperativa que maneja la sala, la reapertura del cine fue muy positiva para el barrio: "los vecinos no necesitan perder una hora de viaje en colectivo para ver una película. Los más beneficiados son los abuelos porque son ajenos al universo del shopping y muchos de ellos habían dejado de ir al cine".
Por: Luciana Massaferro
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ENTREVISTA A NORMAN BRISKI


Norman Briski no sólo es uno de los actores y maestro de actores más reconocidos y prestigiosos de nuestro país sino también un hombre comprometido políticamente con la sociedad.
¿Tu familia le dio mucha importancia a lo cultural durante tu infancia?
Si, mi padre y mi hermana. Muchísima. Venían artistas a mi casa, siempre íbamos al teatro. Mi viejo daba los artefactos eléctricos del teatro, entonces yo entraba gratis y veía todo lo que se estaba haciendo. Estaban muy metidos en la cultura. Mi mama tocaba el piano. Además, todos eran lectores. Por otro lado, en la escuela, tenía una doble escolaridad. A la mañana iba a la escuela pública y a la tarde iba a la escuela judía que era de cultura y tradiciones izquierdistas, socialistas, comunistas.
Era del partido comunista….
Exactamente.
Entonces se puede decir que de chico mamaste toda la cuestión de política…
Mame la 2° guerra, los 7 hermanos de mi padre asesinados en Europa, mis abuelos, etc. Yo me acuerdo de haber presenciado la terminación de la 2° guerra mundial, la caída del Reich.
Es curioso que viniendo de padres comunistas (antiperonistas) terminaste ligando al peronismo.
Es que hay una izquierda peronista que mis padres no tenían, al contrario, eran antiperonistas. Sin embargo yo estuve ligado a la clase trabajadora desde chico; yo vi el peronismo en sus 10 años, lo viví y supe lo que pasó con las mayorías. Entonces siempre dije que no podría haber hecho otra cosa porque ví el progreso en la clase trabajadora, la alegría del pueblo, la alegría de las mayorías. Así que tuve una relación con la potencia del peronismo en ese momento en la infancia.
Por: Federico Millenaar

Teniendo en cuanta tu vinculación con las organizaciones culturales de Montoneros y tu participación en el peronismo de base ¿Qué te dejó tu experiencia política? ¿Algo de escepticismo?
Si….No tendría una ubicación en ninguna organización, tampoco como miembro de un partido. La realidad no me permitiría identificarme con ningún partido. Para mí el peronismo terminó su ciclo progresista. Por eso Zamora significaba un salto cualitativo en el pensamiento social o político y también fracasa por razones de cadencia o conducción.
Se puede decir que te desengañaste un poco…
No, yo no me desengañaría por nada pero es porque ya tengo tanta cultura que sé que el escepticismo es una enorme fuerza. El que es escéptico puede mover montañas dice Bretch. El escepticismo a mi me da fuerza, no me quita el interés por saber qué pasa, pero sí se puede decir si soy escéptico con estos progresismos, con el peronismo de hoy, con la clase política argentina.
Yendo más para el lado de su carrera. ¿Cómo definirías tu formación?
Tengo una formación, o mejor dicho, una información informal. Soy muy informal. Ojala hubiese podido ser más consecuente, menos irregular. Yo he estado en los lugares de puro aventurero, o sea mi formación es la formación de un aventurero, me meto acá y allá. Nunca estuve demasiado en ninguna institución.
¿Esta educación informal la trasladas cuando le toca enseñar?
Cuando enseño creo que la perseverancia es la parte más necesaria. Como también es muy necesaria para algunas personas la capacidad de aventura. Aventurarse. Para mí sería bueno llegar a institucionalizar algunas cosas, por ejemplo estar tres años estudiando con permanencia. Soy muy irregular y hago todo pero en formas infantiles. Todo eso lo hago pero no con un encuadre. En cambio cuando enseño el encuadre es importante. En veinte años que doy clases debo haber faltado 3 veces.
¿A qué te referís con términos infantiles?
En que la forma infantil quiere jugar y que cuando no es un juego, te aburrís. Entonces, cuando está esa cosa de permanencia, de rutina y que se yo, se acaba el juego, uno tiende a huir.
Decís que empezaste de muy chico a hacer esto…
A los 5 años. Estaban en Santa Fe, preparando una obra, y miraba por el vidrio de la puerta. Entonces la maestra, que era de esas buenas maestras, se dio cuenta y me hizo pasar y poner en la obra, y así fue la primera vez que subí a un escenario, donde decía una frasecita.
Eso lo marcó hasta ahora…
No sé si me marcó. Pareciera que sí. Lo que verdaderamente me marcó fue “Esperando a Godot”. Fue una obra que vi en Córdoba. Me colaba al teatro, con los ojos azules es fácil colarse; pasaba, y me iba al palco. Miré la obra y dije “qué hacen estos tipos con los zapatos, con la zanahoria”. No podía creer que el teatro pudiese tener una visión tan novedosa, fui atrás y mire como salían y entraban. Me entusiasmó muchísimo saber que existía esa estética y dije “esto me gusta”. Eso sería a los 16 años. Estudiaba y me escapaba. Era muy de escaparme por la ventana y hacer cortocircuito para no tener más clases. Pero no era mal alumno tampoco…. Estudiaba para técnico electromecánico y era mucho más divertido que estar con los juegos de clase media tradicional.
¿Tu familia te apoyaba?
Ni me apoyaban ni me sacaban el apoyo. No se ocupaban mucho de nosotros. Tenía que pasar algo muy grave, por ejemplo tirar tiros en la escuela. No era muy bandido pero tampoco era tranquilo. Estaba detrás de alguna cosa divertida.
Volviendo al tema de la política….Durante tu exilio ¿veías al teatro como una forma de hacer política revolucionaria?
Yo creo que el teatro puede acompañar pero no vas a hacer una revolución con el teatro ni mucho menos. Es más del campo de la subjetividad. Puede inquietar o movilizar determinadas cosas. Es un juego que sería bueno reconocer, y a mi me gusta mucho, pero tampoco voy a cambiar al mundo con eso.
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Revuelto gramajo

“La pesca es un mundo creado aparte de todos los otros y tiene dentro mundos especiales propios” (Norman MacLean: Nada es para siempre). La frase define a la pesca como un arte que excede el mero acto de “tirar y sacar”, una conexión espiritual con la naturaleza. Partimos a la Costanera Norte tratando de desafiar este pensamiento, en busca de lo mundano.
Mirando hacia el Río de la Plata y como continuación perfecta de Palermo, está la Costanera Norte. A lo largo de dos kilómetros de paseo ribereño se ven velludos pescadores que miran absortos sus tanzas a flote. “El río está revuelto, algo crecido y no hay peces, por ahí algún que otro bagrecito o patí. Ni un solo pique en más de dos horas”, comenta Demetrio, viejo morador de estos pagos, quien desoye los consejos de no comer pescado aquí por la turbiedad de las aguas. “Los pescados grandes vienen de adentro. No pasa nada”, dice. Pero la contaminación es real: resulta triste ver botellas de gaseosas flotando, entre otras inmundicias.
Eduardo es el típico pescador urbano de esta zona: su forma de hablar denota sabiduría en el tema. “Se puede pescar siempre y cuando no esté la luna llena, porque el pescado se va río adentro, a las profundidades”, dice con la voz entrecortada. Para él, “la temporada de verano para la boga es espectacular”, así que se viene todos los sábados con su hijo menor. Hoy tuvo un saldo positivo: “Saqué una boguita de tres kilos, algo raro para la Costanera”.
Nos acercamos a un puesto de carnadas. El panorama tampoco es desalentador para Sergio, que lleva su negocio hace más de diez años. “Fijate que todos sacaron algo: bagres amarillos, bogas, patíes, hasta armados. Acá hay de todo”, afirma este simpático barbudo. Sin embargo, no está a gusto con la moda chic que se apropió de la Costanera Norte: “La gente ahora viene a comer a estos restaurantes carísimos y los pescadores estamos cada vez más afuera del paisaje”. Mientras tanto, algunos físicos portentosos le dan duro a los pedales, otros llegan con sus lustrosos autos de marca, mucho salen de Siga la vaca con ropa que probablemente fue comprada en la Bond Street.
*Martín Hermida*
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jueves, 25 de septiembre de 2008

En busca del rock perdido


Sergio Marchi es un reconocido periodista de rock. En 2005 publicó el libro El Rock perdido, de los hippies a la cultura chabona. Allí se propone explicar cómo el género nacional, desde sus comienzos en la década del sesenta, llegó a la tragedia de Cromañón. El autor expresa así una clara posición respecto de las transformaciones que fue sufriendo la oferta musical y el público, en el marco de los acontecimientos que tanto golpearon a la Argentina. La siguiente entrevista nos acerca a su trabajo y, sobre todo, a su modo de entender la realidad del país.

-Cerrás El Rock Perdido a modo de reflexión, invitando al lector a pensar en la posibilidad de recuperar el rock nacional ¿Vos sos optimista respecto de esa tarea que se tiene por delante?
No. Si un país atraviesa alguna circunstancia complicada eso va a aparecer en el rock porque no se aísla respecto de las cosas que pasan sino que las contiene, las refleja. A mí la Argentina no me ofrece muchas esperanzas, entonces ¿por qué el rock habría de ofrecérmelas? Sin embargo, la historia está en movimiento, no está dicha la última palabra y las cosas pueden cambiar, pero yo no veo que por ejemplo en los últimos cinco años las cosas se hayan modificado, tal vez sí en el país pero no dentro del rock ni en la gente. Yo creo que hasta que no haya un cambio de mentalidad general, esto va a seguir siendo así.
-En las primeras paginas de tu libro, decís que todavía permanece cierta “resistencia hacia el rock en el inconsciente colectivo argentino”; sin embargo, cuando uno termina de leerlo queda la sensación de que el rock nacional se ha convertido en un fenómeno verdaderamente masivo, quizás demasiado, ¿esa masividad, de alguna manera, no entra en contradicción con la resistencia de la que hablas?
Puede que entre en contradicción, pero que sea masivo no quiere decir que tenga una aceptación plena. Lo que pasa es que hay una desconfianza, son resabios que quedan: ah este es rockero, seguro que es puto, drogadicto, negro, judío… y se le ponen un montón de etiquetas de rechazo.
-¿Es una característica propia de la sociedad argentina o se da también en otros países?
No, yo creo que es de acá.
-¿Y a qué le atribuís esa resistencia?
El argentino de por sí es racista, si no es con los negros es con los bolivianos o con los peruanos o con los paraguayos o con los coreanos, con todo aquel que es diferente, y el rockero es diferente.
-Te retransmito una pregunta que le hiciste a Luis Alberto Spinetta en la entrevista que cierra al Rock Perdido: ¿sólo por la desgracia que sufrió el país se puede explicar la caída del rock en Argentina?
Hay varias explicaciones. La idea de la futbolización del rock, puede tener que ver con las crisis económicas o no, pero es un hecho. Yo te cuento mi experiencia, no me pidas que piense como un chico de veinte, yo viví el rock a partir del año setenta y cuatro, ni siquiera soy de la primera generación. Pero antes cuando uno veía al tipo que iba a la cancha a cagarse a trompadas pensabas: como ese, no; en cambio hoy, los pibes ven al barrabrava que se falopea y se agarra a piñas como algo divertido. Entonces el rock se termina convirtiendo en todo aquello que alguna vez detestó y en ese viraje hay algunos malos entendidos. Y también está la crisis del país y de la educación, sobre todo en lo que tiene que ver con los modales, con el respeto por el otro. Antes en los recitales nos cuidábamos entre todos, ahora acá parece que tenés que ir a enfrentarte con la policía para tener chapa de macho, tenés que hacer un montón de cosas machistas de las que el rock siempre abjuró. Yo veo mucha mediocridad dentro del rock hoy en día y que el negocio funciona para potenciar esa mediocridad. Veo algunas de las bandas nuevas que saca Pop Art y me quiero matar, como un grupo que se llama Pánico Ramírez que tiene un tema que se llama Soy Karadajian; digo, que chiste viejo… ¿no tiene nada que hacer esa gente que se pone a pensar en esas pelotudeces?, ¿no tienen ninguna inquietud?, ¿leen algún libro?, ¿saben quién mierda es Borges?, ¿leyeron alguna vez un cuento de Cortázar? El rock antes te llevaba para esos lados.

*Agustina Cavaliere*
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lunes, 22 de septiembre de 2008

Entre el cine y la revolución

El séptimo arte es, quién lo puede dudar, un medio de propaganda política muy poderoso. Pocos fueron los directores que hicieron uso de esta particularidad para embarcarse en la crítica y la denuncia. Muchos menos traspasaron los límites propios del artista y bregaron por un cine revolucionario, de claro mensaje político.
Uno de ellos fue el soviético Sergéi Eisenstein, partícipe del Ejército Rojo que, tras la Revolución de Octubre de 1917, ofreció su visión estética del mundo a través del cine. La organización y la unión en la lucha son el baluarte de sus películas. Sus narrativas evitan el individualismo y se dirigen a cuestiones sociales de fondo, donde el papel protagónico lo tiene generalmente la clase obrera o, en su defecto, algún sujeto colectivo. Autor de El acorazado Potemkin, La huelga y Octubre (entre otras), Eisenstein es además uno de los mayores teóricos en materia cinematográfica: su manejo de la edición y la creación del montaje fílmico lo convierten en un director citado en revistas especializadas.
En la actualidad, la temática socialista es revitalizada por Ken Loach, militante trotskista de nacionalidad inglesa, autor de películas como Tierra y Libertad, El viento que acaricia el prado y Riff Raff. La bronca, el inconformismo social y la persistente crítica a la burguesía sobresalen en su obra, plagada de toques de humor e ironía. Loach incursionó además en televisión; durante los ´60 y ´70 alcanzó su cénit, no sin sufrir varias censuras. A diferencia de Eisenstein, sus films tienen protagonistas, aunque claramente influenciados por la clase a la que pertenecen. Los avatares por los que atraviesan hacen a la sociedad responsable última de sus fracasos y decepciones. En este sentido, aun cuando no siempre se ocupa de procesos revolucionarios, Loach es un claro expositor de la lucha de clases en el arte.
Si de películas se trata, debemos mencionar algunos ejemplos famosos. La clase obrera va al paraíso (1972), de Elio Petri, narra la vida de un obrero de fábrica que se rebela de su vida convencional tras un accidente laboral. La Patagonia rebelde (1974), basada en el libro homónimo de Osvaldo Bayer y dirigida por Héctor Olivera, cuenta con un rigor histórico formidable las huelgas obreras patagónicas de 1921. Conviene detenerse en V de venganza (2005), adaptación de los hermanos Wachowsky de un comic proanarquista, que causó gran revuelo en su momento. En el marco de una sociedad fascista del futuro, un superhéroe político apela en un principio a la violencia en un sentido de venganza personal. Más tarde, reconoce las críticas de su compañera y cree necesaria una acción conjunta. No se puede negar en V de venganza el efecto justificador del derecho a la rebelión y a la acción directa. Le falta, indudablemente, un programa y una organización colectivos. Finalmente, Rojos (1981), de Warren Beatty, relata la vida de John Reed, reportero que se convirtió en el único estadounidense enterrado en el Kremlin. Las desaveniencias que se producen entre el amor y la convicción política son retratadas con todo su esplendor aquí. Pero fundamentalmente Rojos nos enseña que el periodista puede estar comprometido con el tiempo que le toca vivir, no en forma pasiva, sino interviniendo activamente en el desarrollo de la historia.
*Martín Hermida*
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jueves, 18 de septiembre de 2008

El no tan viejo truco de los mails en cadena



Los hoaxes –en inglés broma o burla- son mensajes con información falsa que recorren la web en forma de e-mails. Determinar el origen de cada uno de ellos es una tarea prácticamente imposible ya que los contenidos se van adaptando de acuerdo al país o la región, lo que les permite recorrer el mundo entero.
Si bien pueden abordar diferentes temáticas, hay algo en lo que todos coinciden: al final del texto siempre se le solicita al lector que reenvíe el mensaje a la totalidad de sus contactos, incluso, algunos auguran grandes desgracias al que no lo haga. Es así como los hoaxes consiguen su objetivo: captar miles de direcciones de correo que luego son utilizadas para la difusión de spam.
Además, existen versiones capaces de ocasionar auténticos perjuicios. Entran dentro de esta categoría los que incluyen un adjunto infectado con virus y los que inducen a eliminar un archivo vital para el funcionamiento de la PC, con el falso argumento de que es nocivo.
Pero hay formas de evitar caer en el engaño: ante un mail sospechoso se puede consultar a los listados de hoaxes que las empresas Symantec y McAfee brindan en sus correspondientes sitios web.
Porque estar informados es la única manera de hacer que la red sea un lugar más seguro y agradable para todos.


*Agustina Cavaliere*
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sábado, 13 de septiembre de 2008

Un mundo felíz


A pesar de haber sido escrita en 1932, la obra literaria de Aldous Huxley, Un mundo felíz, se aproxima mucho a la realidad actual.
Esta novela futurista es la más reconocida del autor. Propone la existencia de dos mundos paralelos: un grupo minoritario que habita en la civilización y el resto aislado en el "barbarie".
La sociedad logra la perfección, gracias a una ruptura total con las viejas tradiciones. No hay unión afectiva entre personas. No existe la familia ni la reproducción natural. Los laboratorios "fabrican" a los individuos con las capacidades y limitaciones correspondientes a la "casta" a la que pertenecen. La única ambición que tienen es recibir su dosis diaria de soma, una droga que les permite perderse en sus sueños por un tiempo.
En contraposición a éste, está el total "salvajismo", donde se vive con los viejos hábitos humanos. La gente sufre, se enamora, procrea, fracasa y envejece.
La ficción que crea Huxley no parece tan distante al mundo en el que vivimos. Los avances de la ciencia, como las clonaciones, permiten pensar una sociedad perfectamente fabricada. ¿Qué diferencia hay entre la organización social del libro, donde la gente no tiene la capacidad de tener creencias y pensamientos propios, y la de gran parte de la población actual que, por carecer de recursos, se ve sometida a la marginación y a los deseos de unos pocos que tienen el poder?
Por: Luciana Massaferro Leer más...

jueves, 11 de septiembre de 2008

El concepto de mafia en el cine


La mafia alude a una sociedad secreta formada a mediados del siglo XIX en Sicilia, Italia. Más tarde, una rama emigraría a los Estados Unidos, alcanzando su cima en el siglo XX. Goodfellas (Buenos muchachos) de Martin Scorsese y The godfather (El padrino) de Francis Ford Coppola, son dos de los pocos títulos que pueden retratar sin menoscabo la sociedad americana de aquel entonces. ¿Qué imagen nos dan de la mafia y en qué se diferencian?
Estrenada en 1990, Goodfellas, con sus giros y un estilo muy característico, nos dirige al reino de lo íntimo y lo familiar, donde la mafia pareciera ser una forma de vida normal. La violencia es el hilo conductor, el lazo que une las vidas de todos los muchachos, desde el matón agresivo y poco cerebral, interpretado por Joe Pesci, hasta la mente criminal más implacable, interpretada por Robert De Niro.
En cambio, El padrino, de 1972, es en palabras del propio Coppola una alegoría del surgimiento del capitalismo. Por eso la historia se puede tornar distante. Pero de allí el mayor logro de esta película: es una fiel descripción del precio del poder, de cómo los más nobles sentimientos y la tradición pueden envilecer a un ser humano. El sentido del deber y la violencia ceñida a un argumento son parte del complejo megalómano de Coppola. Además, este clásico le da a la mafia su más viva expresión cuando Michael toma las riendas de la familia, mientras que difícilmente podremos verla en plenitud en Goodfellas, con las experiencias de un novato gangster como Henry Hill, el protagonista de la historia. Y todo ello sin nombrar la palabra mafia en el guión.
De este modo, el respeto a la familia y la solemnidad de El padrino contrastan con la amistad y redención, temas predilectos de la obra de Scorsese. No hay una mejor que otra, simplemente dos formas distintas de encarar un mismo concepto: la mafia italiana.
*Martín Hermida* Leer más...

Review Moonpark XVIII


El sábado último el ya clásico festival de música electrónica Moonpark cumplió cinco años y lo festejó junto a Hernan Cattaneo, el máximo exponente de la escena local.
El pabellón principal de Costa Salguero abrió sus puertas a las 23 con el holandés Eelke Kleijn
a cargo del warm up. Como de costumbre, la productora 2Net no se esforzó mucho con la ambientación: algunas pantallas proyectando imágenes del escenario, barras a los costados y un guardarropas demasiado chico.
Lo de Kleijn fueron dos horas y media de un progressive house sin grandes explosiones pero que dejó la pista a punto para el main. Subió Cattaneo y sobrevino la ovación, entonces arrancó el tan esperado set. Siguiendo su siempre fina y prolija línea musical, fue subiendo de a poco y llegó a pasar temas muy bailables; sin embargo, no alcanzó el nivel de sus últimas presentaciones en Creamfields y la Southfest. Esta vez tocó durante cuatro horas y media –prácticamente el doble-, pero el set nunca llegó a generar ese clima que hizo de las dos fechas anteriores algo inolvidable.
Much Love (Matt Samuels), Femme Fatale (Steve Lawler) y Solstice (James Holden) fueron algunos de los tracks que sonaron a lo largo de la noche; a las seis, puntual, llegaría el cierre con In a State de Unkle, uno de los momentos más celebrados.
Se terminaba la Moonpark a cinco años de su primera edición, será hasta el próximo encuentro, en diciembre, con el inglés John Digweed.
*Agustina Cavaliere*
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martes, 9 de septiembre de 2008

Alterio y Sacristán reflexionan en el escenario



La obra teatral Dos menos, del autor Samuel Benchetrit es protagonizada por Hector Alterio y José Sacristán. El director Oscar Martínez y los autores de esta nueva versión, Fernando Marsllorens y Federico González del Pino, supieron darle al elenco el espacio necesario para que se ilumine el escenario.


Dos hombres se conocen en una sala de terapia intensiva cuando les informan de su enfermedad terminal y deciden escaparse juntos para vivir lejos del hospital el tiempo que les queda. Es así como comienzan las conversaciones y monólogos de Alterio y Sacristán, reflexionando sobre las cosas importantes de la vida. Entre ambos se genera un vínculo de complicidad que les permite compartir sus logros, deseos, frustaciones y cuentas pendientes.


La trama es de alta carga emocional: el enfrentamiento a la muerte. Sin embargo, abordan el tema desde el humor y logran divertir al público mostrando las vicisitudes por las que deben pasar los enfermos. La obra, que también cuenta con la actuación de Claudio Da Passano y Diana Lamas, es un espectáculo para aplaudir de pie.
Por: Luciana Massaferro




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jueves, 4 de septiembre de 2008

Una historia de piratas


En los últimos años, el crecimiento de la industria discográfica ha sido seriamente limitado por el aumento de la piratería ya que más de la mitad -el 60%- de los discos vendidos en el mercado local no son originales. El incremento de los productos ilegales afecta por igual tanto a los sellos multinacionales como a los independientes.
También se suma otro fenómeno: cada vez menos gente compra discos originales por un solo hit (como solía suceder) al saber que simplemente puede descargarlo de Internet. Como resultado, muchas menos personas entran a las disquerías y se achica el mercado en su conjunto, incluso el independiente, que se favorecía indirectamente de las ventas de los artitas con mayor promoción. La consecuencias son dos y están entrelazadas: por un lado, las disquerías pasan a ser menos rentables y achican el espacio para la venta de discos, concentrándose en el top 100 o 200 (donde predominan las multinacionales); por otro, la diversidad de estilos se ve seriamente reducida con un predomino casi absoluto de lo “masivo”.
Según un estudio citado por la cámara del disco argentina (CAPIF) en el 2006 se descargaron en nuestro país más de 600 millones de canciones; aunque no existen datos más recientes, es seguro decir que ésta cifra aumentó aún más gracias amplio desarrollo de las conexiones de banda ancha.
Por: Federico Millenaar

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miércoles, 3 de septiembre de 2008

Alga



Es posible llevar en el bolsillo un collage de imágenes, de historias, de personajes, de paisajes...darles vida puede costar apenas unos segundos. El libro Alga de Gabriela Bejerman -1999, editorial Siesta- tiene el tamaño justo, es tan pequeño como para viajar en el saco de cualquiera, pero vale aclarar que seguramente calce mejor en el de una mujer, una joven mujer quizás.
Poesía y relatos cortos que logran crear atmósferas dulces, ácidas, eróticas, infantiles. Con pocas pero deliciosas palabras la autora consigue reproducir las diversas realidades que una mujer moderna puede experimentar.
Mundos dentro de un pequeño-gran mundo que se llama Alga, lleno de colores brillantes, de texturas, de olores, de juguetes y de rostros. Ese lugar imaginario que es delicado y salvaje a la vez, como una planta marina, como una joven que va descubriendo sus facetas más íntimas, -y a veces se sorprende de sí misma-, aquello que más placer le provoca y lo que más rechazo le despierta.
*Agustina Cavaliere*
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martes, 2 de septiembre de 2008

Ácido argentino (Hermética, 1991)

Ácido argentino es el segundo álbum de estudio de la legendaria banda nacional de heavy metal clásico, Hermética. Fue editado por Trípoli Discos en 1991, luego del lanzamiento de su disco homónimo y el maxisimple “intérpretes”. Recrea el estilo sin mayores rebusques ni florituras, con algunos medios tiempos y temas más rápidos y demoledores.
A la crudeza vocal, casi corrosiva de Claudio O´Connor y las originales líricas de Ricardo Iorio, se le suman los justos aportes del debutante Claudio Strunz en batería y el violero Antonio Romano. “La revancha de América” alude a los exterminios perpetrados en la conquista española, mientras que “Memoria de siglos”, “Gil Trabajador” y “En las calles de Liniers” poseen una crítica social que expresa sólo fastidio, nada de soluciones. “Evitando el ablande”, “Atravesando todo Límite”, “Predicción” y “Vientos de poder”, himnos heavy de los ´90, crean, a su vez, una comunión entre los seguidores de este estilo musical y un mensaje de resistencia contra la censura que sufrió en su momento. “Robó un auto”, donde se destaca el doble pedal de Strunz, y “Del camionero”, que amaga con una balada lenta y armónica para estallar en un poderoso riff en la tercera estrofa, parecen no encajar con el mensaje de bronca e impotencia que flota en el disco. Dos temas instrumentales, claros ejemplos de una técnica depurada en guitarra, completan la lista.
Sin duda, se trata de la obra más potente y representativa de esta banda. Infaltable para los amantes del rock pesado.
Video de "Vientos de poder" (Monsters of Rock 1994)

*Martín Hermida* Leer más...