Operación masacre (Jorge Cedrón, 1973) es una película que homenajea la novela homónima de Rodolfo Walsh considerada pionera en el género de “ficción periodística”. La deconstrucción del film nos muestra que el objetivo del director tuvo un claro sentido político, más allá de retratar casi sin fisuras los hechos narrados en el texto del brillante periodista.
En principio, el guión de Operación masacre cierra de esta manera: “La larga guerra del pueblo, el largo camino, la larga marcha hacia la Patria Socialista”. Esta frase refiere a un cuasi propagandismo que relega a un plano secundario la reconstrucción del crimen de José León Suárez, y, en cambio, se aboca a la reconstrucción simbólica de una clase social (el proletariado) dentro de una facción política específica (el peronismo). En otras palabras, el crimen pierde el sentido que le da la novela policial y periodística, y se reconfigura como un episodio más (aunque relevante) de una serie de hechos políticos y económicos violentos que se inician con los bombardeos en Plaza de Mayo en septiembre del ´55. Ya no se analiza el crimen, sino que se lo recrea para una reflexión en torno a la cuestión de la resistencia del pueblo, que se monta, en parte, sobre el episodio de los fusilamientos en José León Suárez.
La película consta de dos estilos. Uno narrativo y convencional, que sigue sin mayores alteraciones el argumento del texto original de Walsh. Y otro que obedece al cine documental, el cual recorre el proceso histórico del peronismo (montoneros, el entierro de Aramburu), sus vicisitudes a lo largo de sus años de proscripción y fundamentalmente la lucha del pueblo argentino (fábricas tomadas, huelgas, asesinatos, represiones policiales, grupos guerrilleros, etc.).
El film, por lo tanto, pareciera imponer - de un modo casi panfletario - la imagen simbólica de una clase social que ansía retomar, a pesar de un historial de atropellos y abusos padecidos y “aprendidos con sangre” (como lo enuncia el film a manera de conclusión luego del episodio de los fusilamientos), el rol histórico que le pertenece. “El peronismo probó todos los métodos para recuperar el poder, desde el pacto electoral hasta el golpe militar. Así fuimos aprendiendo”, dice Troxler en off.
La película se inclina entonces menos por el aspecto relacionado con la Justicia (es decir, con el pormenorizado análisis judicial de los sucesos ocurridos en José León Suárez, sí analizados en el texto) y la exposición “teórica” de los hechos, que por la propaganda política basada en los intereses concretos de la clase proletaria.
*Martín Hermida*
En principio, el guión de Operación masacre cierra de esta manera: “La larga guerra del pueblo, el largo camino, la larga marcha hacia la Patria Socialista”. Esta frase refiere a un cuasi propagandismo que relega a un plano secundario la reconstrucción del crimen de José León Suárez, y, en cambio, se aboca a la reconstrucción simbólica de una clase social (el proletariado) dentro de una facción política específica (el peronismo). En otras palabras, el crimen pierde el sentido que le da la novela policial y periodística, y se reconfigura como un episodio más (aunque relevante) de una serie de hechos políticos y económicos violentos que se inician con los bombardeos en Plaza de Mayo en septiembre del ´55. Ya no se analiza el crimen, sino que se lo recrea para una reflexión en torno a la cuestión de la resistencia del pueblo, que se monta, en parte, sobre el episodio de los fusilamientos en José León Suárez.
La película consta de dos estilos. Uno narrativo y convencional, que sigue sin mayores alteraciones el argumento del texto original de Walsh. Y otro que obedece al cine documental, el cual recorre el proceso histórico del peronismo (montoneros, el entierro de Aramburu), sus vicisitudes a lo largo de sus años de proscripción y fundamentalmente la lucha del pueblo argentino (fábricas tomadas, huelgas, asesinatos, represiones policiales, grupos guerrilleros, etc.).
El film, por lo tanto, pareciera imponer - de un modo casi panfletario - la imagen simbólica de una clase social que ansía retomar, a pesar de un historial de atropellos y abusos padecidos y “aprendidos con sangre” (como lo enuncia el film a manera de conclusión luego del episodio de los fusilamientos), el rol histórico que le pertenece. “El peronismo probó todos los métodos para recuperar el poder, desde el pacto electoral hasta el golpe militar. Así fuimos aprendiendo”, dice Troxler en off.
La película se inclina entonces menos por el aspecto relacionado con la Justicia (es decir, con el pormenorizado análisis judicial de los sucesos ocurridos en José León Suárez, sí analizados en el texto) y la exposición “teórica” de los hechos, que por la propaganda política basada en los intereses concretos de la clase proletaria.
*Martín Hermida*
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